1. Demasiado sola en ese vestuario


    Data: 22.09.2018, Kategorie: Anal Sex grupowy Dojrzałe Autor: Anitaslut44, Źródło: xHamster

    ... tratando de no demostrarlo. Les pedí que se detuvieran; preguntándoles qué estaban ellos haciendo allí en el vestuario de damas.
    
    Pero uno de ellos entonces hundió un dedo en mi concha humedecida y mis rodillas se aflojaron. Sentí que ese dedo hurgaba mi clítoris y apenas pude reprimir un suave gemido.
    
    “Parece que a nuestra veterana le gusta…” Dijo el más atrevido.
    
    Otra vez un dedo se coló en mi concha y esta vez ya no intenté reprimir mis jadeos de perra en celo. Empecé a notar escalofríos por todo el cuerpo, como si estuviera muy caliente y excitada.
    
    Para peor, mi esposo no me había tocado para nada en los últimos días; así que andaba con un poco de abstinencia sexual que me tenía realmente alterada…
    
    En ese momento me dejé llevar. Bajé mis brazos en una clara señal de que podían hacer conmigo lo que quisieran. Mientras uno de ellos insistía en masajearme el clítoris, los otros dos se dedicaron a acariciarme las tetas, hasta lograr que mis pezones se endurecieran al punto de casi estallar.
    
    De pronto me encontré apoyada en la pared gimiendo de placer pero con los puños apretados. En realidad mi mente me decía que no quería estar allí. Pero mi concha pedía una pija a gritos…
    
    Cerré mis ojos y me dediqué a sentir placer. Cuando volví a abrirlos, encontré que los tres ya estaban desnudos. Sus vergas eran de un tamaño normal; ninguna tan grande como la de mi adorado Víctor; pero ya estaban bastante duras, a punto para mí.
    
    Uno me tomó la mano y la dirigió ...
    ... a su verga. Bajé la guardia del todo y comencé a acariciar esa cosa que se endurecía más entre mis dedos.
    
    Mi respiración comenzó a acelerarse cuando me pusieron una segunda pija dura en mi otra mano. De pronto les supliqué que me dejaran, que ya no estaba interesaba en seguir con esto; pero lo hice sin dejar de masajear esas dos vergas con mis manos…
    
    Estaba gimiendo de placer con los besos en mis tetas y las caricias en el clítoris. Mi mirada estaba perdida y seguía acariciando sus vergas duras. Mis negativas fueron en vano; ni yo misma me creía lo que les estaba diciendo…
    
    De repente me separaron de la pared y uno de ellos se acuclilló a mis espaldas. Entonces comenzó a lamerme la estrecha entrada anal; al mismo tiempo que otro se inclinaba a chuparme la concha.
    
    Comencé a gemir muy alto; ya no me interesaba lo que esos mocosos pudieran pensar de mí…Me estaba deshaciendo de gusto y placer; me estaba derritiendo por dentro; me temblaban las piernas y casi no podía mantenerme en pie.
    
    Entre los dos pendejos me estaban matando de placer con sus lenguas lamiendo mi concha y mi ojete. Cuando ya estuvieron mis dos orificios bien lubricados, empezaron a dilatarme con sus dedos. Comencé a prepararme para soportar una buena cogida.
    
    Mi concha y mi culo se abrieron con facilidad a sus dedos.
    
    El que me gustaba se tumbó en un banco y me ordenó montarme sobre su verga. Los otros dos me arrastraron y me colocaron encima de él. Pude sentir su pija dura rozar mis labios ...